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Cuando la vida virtual se vuelve una trágica realidad

El 68% de los casos de grooming afectan a niñas y niños de entre 10 y 14 años. Para prevenir el delito, responsables parentales deben acompañar la tecnología con seguridad

 

El 68% de los casos de grooming afectan a niñas y niños de entre 10 y 14 años. Para prevenir el delito, responsables parentales deben acompañar la tecnología con seguridad

 

Por Vanesa Listek

 

La mayoría de las víctimas de grooming tienen entre 10 y 14 años cuando reciben una solicitud de amistad de una persona que les hace creer que es un adolescente. Una vez aceptada la solicitud, son coaccionados y chantajeados para enviar imágenes, videos y hasta live stream de situaciones eróticas y poses sin ropa. Al principio, comparten los mismos intereses y usan las apps más populares, pero esta inocente amistad es sólo la fachada de un hombre acechando anónimamente en las sombras de la web.

Ser víctimas de grooming cambia la vida de niñas y niños. En el caso de Micaela Ortega fue sólo un trampolín para un delito mayor, ya que todo terminó con un encuentro cara a cara y una intención de abuso sexual frustrada que derivó en un femicidio.

“Micaela fue captada por Jonathan Luna, un hombre de 26 años, a través de Facebook. La hizo caminar más de 15 kilómetros y la mató. A mi hija no la mató una red social, la mató mi desconocimiento, y el de todos, que nos superó, porque la sociedad no está preparada para esta nueva modalidad de destruir a nuestros hijos. Los groomers los trabajan, los manipulan y hasta los aniquilan. Los adultos tenemos que observar más, porque los chicos hablan sin emitir voz”, relató Mónica Cid, la mamá de Micaela, durante un encuentro de la ONG Argentina Cibersegura, sobre el asesinato de su hija en abril de 2016 en Bahía Blanca.

Las noticias sobre alertas contra el grooming, nuevas formas de captación de menores y hasta detenciones de adultos por grooming, tenencia y distribución de pornografía infantil son cotidianas. Enojan a madres, padres, maestros y adultos responsables, pero a menudo estas emociones se desvanecen en el trajinar del día a día y la salud tecnológica de los niños continúa comprometida. En general se habla mucho de la mente del pedófilo pero poco de lo que les ocurre a niñas y niños que son expuestos a groomers y cuyas fotos más íntimas pueden terminar en las computadoras de redes de pedofilia en todo el mundo.

“No discriminamos entre grooming y pornografía infantil porque consideramos que los dos delitos están intrínsecamente relacionados”, explica Daniela Dupuy, fiscal especializada en Delitos Informáticos de la Ciudad. A partir de las investigaciones en esa unidad lograron discernir cuatro etapas de grooming: comienzan con un acercamiento de adultos participando en grupos de redes sociales de niñas y niños, y siguen con una intimidad de los mayores con los más chicos (lo que implica conocer sus gustos, la relación con sus padres y si están solos en sus casas).

“El tenor de la situación se agrava cuando comienzan las conversaciones vía chat con un contenido erótico y pornográfico en donde el mayor le pide imágenes o videos desnudos a través de webcam; y finalmente, en algunos casos, los groomers extorsionan al menor con enviar las conversaciones a los padres, para lograr un encuentro personal”, continúa Dupuy.

Las fiscalías requieren que madres y padres denuncien cualquier hecho sospechoso de grooming. El problema es que el 50% no sabe qué es, y menos aún que es un delito. El desconocimiento de este tipo de conductas puede poner en riesgo la integridad de chicas y chicos, ya que el uso de la tecnología sin advertencias acarrea posibles contactos con personas adultas que se hacen pasar por menores de edad en redes sociales.

Según los últimos datos de 2016 del Equipo Niñ@s del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, el 38% de los llamados a la línea son por grooming, y de esa cantidad, el 50% corresponde a Facebook, el 40% a Whatsapp y el 10% a otras redes sociales y aplicaciones. Además, se desprende del último informe que el 68% de los casos son de niñas y niños de entre 10 y 14 años.

Nada de lo que hacen los groomers es inocente, todo tiene un propósito. Según especialistas de la Fiscalía de la Ciudad, habitualmente estas personas presentan rasgos obsesivos compulsivos que se manifiestan en una meticulosa clasificación de todo el material pornográfico que poseen. Generalmente, los groomers cuentan con archivos de todas sus víctimas y un registro del proceso de seducción al que fueron sometidas. La conducta puede desembocar en el abuso sexual infantil, y en los casos en que estos delincuentes hayan accedido a sus víctimas, se han detectado rasgos “coleccionistas”, es decir que les gusta guardar “trofeos” de sus víctimas.

En Gran Bretaña, uno de los países más comprometidos con la prevención del grooming, la policía arresta a seis personas por día por este delito. Con niñas y niños que hoy se comunican a través de más de 140 plataformas digitales, madres y padres a menudo se sienten impotentes, sin saber cómo manejar la situación. Para los expertos, la solución es acompañar la tecnología con seguridad.

Según de qué edad se trate, son los responsables parentales quienes deben decidir qué plataformas van a usar niñas y niños: a cuáles sitios acceden, qué búsquedas realizan, con quiénes interactúan, y qué contenido comparten. En ese sentido, también es importante determinar cuáles no se deberían utilizar. Por ejemplo, puede no ser imprescindible que niñas y niños pequeños participen de redes sociales por el nivel de exposición que generan, aunque puedan disfrutar de aplicaciones y plataformas de juegos o de contenido audiovisual pensadas especialmente para ellos.

Además, los adultos deben aprender a usar las herramientas que serán manejadas por los chicos en la red. El funcionamiento de los sitios, las comunidades virtuales y sus políticas de privacidad, son algunas de las referencias a tener en cuenta. Finalmente, la familia debe definir la forma en la que niñas y niños usarán esas herramientas y, a partir de ahí, entonces, implementar sistemas de prevención y monitoreo.

En la Argentina no hay suficientes estadísticas a nivel nacional que permitan cuantificar y observar los delitos ocurridos en todo el territorio. La Fiscalía de la Ciudad de Buenos Aires y el Ministerio de Justicia de la Nación son casi los únicos que cuentan con datos de esta índole y pretenden continuar la tarea para tener un panorama más realista.

 

Dónde consultar

Fiscalía de la Ciudad de Buenos Aires, tanto online como presencialmente en la Unidad de Orientación y Denuncia (UOD) más cercana.

Equipo Niñ@s Contra la Explotación Sexual y el Grooming del Ministerio de Justicia: brinda asesoramiento y acompañamiento en la denuncia, las 24 horas, los 365 días del año, en todo el país a través de la línea gratuita 0800-222-1717 o equiponinas@jus.gov.ar. La ONG Argentina Cibersegura: trabajan para crear un espacio digital seguro a través de actividades de concientización y educación destinadas a distintos públicos de interés, con más de 600 voluntarios en todo el país.

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