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Desnutrición de niñas, niños y adolescentes en Salta. Entrega II: La falta de datos.

Por Lucía Cholakian Herrera y Natalia Fernández

Durante los primeros meses del año se reportaron casos de muertes por desnutrición de niñas y niños de comunidades en el norte salteño. La generalización mediática dejó en el camino mucha información sobre estas muertes, que constituyen un problema sistemático en la provincia y que se dan por motivos múltiples que competen responsabilidades en todos los niveles del Estado. Desde Infancia en Deuda proponemos una serie de artículos para abordar esta problemática desde distintos ángulos, siguiendo las voces de las comunidades y quienes están en territorio. 

Entrega II: La falta de datos 

En 2018, el entonces gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, hizo una declaración tan extraña que llamó la atención en todo el país: dijo que se usaría inteligencia artificial para prevenir el embarazo adolescente. Fue durante el debate por la interrupción voluntaria del embarazo y sus dichos despertaron preocupaciones y cuestionamientos. 

El gobernador se refería al proyecto Horus, una plataforma de sistematización de datos Open Source que tenía como destino dar claves sobre cómo combatir la pobreza y el hambre en la provincia. El proyecto tenía objetivos que excedían a la prevención del embarazo adolescente, generaba datos que eran utilizados por el Ministerio de Primera Infancia para generar políticas para niñas y niños de Salta. Pero el Ministerio fue disuelto con la llegada de Gustavo Sáenz a la gobernación.

Tanto el proyecto Horus como el Ministerio de Primera Infancia son dos pistas a seguir para comprender cómo se perpetúa el problema de las desigualdades que aquejan, sobre todo, a niñas, niños y adolescentes con desnutrición y cuyas comunidades reclaman falta de políticas concretas para atender la problemática en su especificidad. 

Los datos desaprovechados del proyecto Horus

En agosto de 2018 Salta imprimió un libro con las firmas de tres miembros del ex-Ministerio de Primera Infancia: Carlos Abeleira, su titular; Pablo Abeleira, ex-secretario de articulación y Diego Cipri, coordinador del equipo de Informática. El libro explicaba cómo se había aplicado el Horus en la provincia con algunos ejemplos de la información que se había recabado a lo largo de su implementación. El proyecto consistió en el relevamiento de datos en la provincia, almacenados en una plataforma para brindar una mirada integral de la situación y, a partir de ese mapeo, poner en marcha políticas públicas. En el libro se explica que a partir del uso de esos datos el gobernador Urtubey, “tomó el modelo y creó el Ministerio de Primera Infancia, período en el cual se pudo aplicar conocimientos y planteos en situaciones reales y en gran escala”. 

Según el texto, para el año 2018 en Salta ya habían relevado más del 50% de las zonas en condiciones de vulnerabilidad histórica de la provincia e incrementado en un 247% los centros de primera infancia. Luego de su aplicación en Salta, el proyecto fue implementado en otras provincias: La Rioja, Chaco, Tucumán y Tierra Del Fuego. Además, se realizaron convenios de colaboración con otros países, como Colombia. 

Con el cambio de gobierno no sólo dejó de existir el Ministerio de Primera Infancia sino que esos datos no están disponibles, y no está claro adónde se derivaron, si es que se derivaron, las funciones del Ministerio. Medios locales preguntaron en múltiples ocasiones por el paradero de esa información y los funcionarios continúan negando tener la información y asegurando que los datos nunca fueron entregados. El gobierno anterior asegura haberlos entregado de forma correspondiente.

A la falta de datos debe sumarse el recorte de los programas de refuerzos estivales entre diciembre y enero, los meses más críticos para la zona. Los programas, iniciados en 2015, funcionaban para reforzar la asistencia a las familias en riesgo. Algunas de sus acciones consistían en sostener los comedores escolares durante el receso de verano y registrar cuántos niños habían sido derivados a hospitales por diversas patologías. 

Los convenios de Primera Infancia

Otra figura conocida por polémicas declaraciones protagoniza el enredo de responsabilidades en esta historia: el médico pediatra Abel Albino, miembro del Opus Dei y presidente de la Fundación CONIN (Cooperativa para la Nutrición Infantil), se mostró múltiples veces en convenios y reuniones con Carlos Abeleira, ex-ministro de Primera Infancia de Salta. 

En su libro Desnutrición «el mal oculto», Albino escribe, entre otros párrafos homofóbicos, anti-derechos, criminalizantes de la pobreza y estigmatizantes de personas VIH+, que «para erradicar la desnutrición hay que capacitar a los ciudadanos marginados para que, si no quieren ser padres, se abstengan de mantener relaciones sexuales». Su conocimiento y la falta de evidencia científica a la hora de combatir el hambre y la malnutrición fue cuestionado múltiples veces, especialmente en los últimos años cuando se lo vio cercano al ex-presidente Mauricio Macri, quien tuvo que desistir de incluirlo en su cartera de salud luego de su asunción en 2015 ya que fue repudiado por múltiples voces de la comunidad científica. “El 80 por ciento de los grandes criminales de Mendoza han sido desnutridos de segundo y tercer grado”, dijo en el año 2012, declaración que se suma a una serie de frases que lo volvieron conocido por asociar sistemáticamente el hambre con la delincuencia. 

Los convenios del Ministerio de Primera Infancia y CONIN fueron públicos, y en febrero de este año el senador provincial José Ibarra, de Un Cambio Para Salta, y su par Silvina Abilés, de Memoria y Movilización, solicitaron un informe para conocer los montos invertidos por el Ministerio en los trabajos conveniados con la Fundación. Su conclusión luego de observar esos movimientos fue expresada el 30 de agosto de este año cuando, en la Cámara Alta, Ibarra afirmó que no arrojó ninguna mejoría sobre la desnutrición infantil en los lugares más vulnerables de Salta. Además, denunció imprecisiones sobre a dónde se destinó el dinero anunciado, ya que «se firmaron convenios con determinadas fundaciones y se terminaron financiando a otras; y no se presentaron rendiciones sociales para establecer si hubo algún proceso con relación al proyecto que vendieron como la mejoría que nunca llegó».

La falta de claridad sobre lo hecho, la decisión de no tomar los datos relevados por el Ministerio de Primera Infancia y el recorte de programas de refuerzos estivales impactó fuertemente en el precario estado de salud de las poblaciones del norte de Salta. Y sin el aprovechamiento de la información recabada y sin transparencia en los acuerdos y planificaciones se vuelve aún más difícil esperar que se apliquen políticas a medida de las necesidades de las niñas, niños y adolescentes del chaco salteño. 

La próxima entrega de la serie “Desnutrición de niñas, niños y adolescentes en Salta” tratará la situación sociosanitaria en el chaco salteño durante la pandemia. El primer artículo, enfocado en las falta de acceso al agua, se puede leer acá

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